Como
se ha dicho, otra causa de las enfermedades crónicas no transmisibles es la
publicidad excesiva, y usted se preguntará ¿Cómo un anuncio publicitario va a
crear en mi alguna enfermedad? La razón de nombrar la publicidad como causante
de enfermedades se deriva del impacto psicológico que estos espacios
publicitarios ocasionan en el público. Muchas
compañías invierten cantidades enormes de dinero para que su producto sea
promocionado por diversos medios, un ejemplo de ello es Mc Donald’s, Coca-cola,
Pepsi, Burger King, Wendys, KFC; estos medios
solo procuran enriquecerse económicamente y exponen continuamente estos
anuncios sin tener presente que de algún u otro modo puede afectar al público.
Un niño al observar la televisión y ver que
cada cierto tiempo se promociona un producto siente deseo de tenerlo, de sentir
ese producto en sus manos y es que los medios de comunicación crean mensajes
para atraer más ese producto, no solo
sucede en niños también puede pasar en adolescente y adultos.
Los
productos con demasiada propaganda y publicidad no solo se convierte en un
deseo, para muchos se convierte hasta en una necesidad o vicio, como se pudo observar
en el video de “Super engordame”. Donde
un hombre (Don Gorske), a lo largo de su vida ha consumido aproximadamente 26.000
Big Mac (hamburguesas de Mc Donald’s), él comenta que el 90% de su dieta
alimenticia solida está constituida por el consumo de dicha hamburguesa.
La Coca-cola, gaseosa reconocida
mundialmente, posee entre sus
ingredientes un tipo de azúcar, el cual es capaz de activar unos centros
nerviosos en el cerebro, aumentando el nivel de dopamina y serotonina, a través
de la vía mesolímbica dopaminérgica, responsable de la adicción o craving. Nos
satisface beber estos productos azucarados, ya que hacerlo nos produce una
cierta sensación de placer. Cuanto más consumamos, más estimulamos nuestro
cerebro. La activación del sistema de recompensa por los azúcares es de sobra
conocida, ¿pero funcionan igual los edulcorantes industriales? La respuesta la
encontramos en un artículo en The Yale Journal of Biology and Medicine, que
apunta que sustancias como el aspartamo, considerado como seguro por la EFSA,
pueden activar sólo parcialmente el sistema de recompensa cerebral. ¿La
consecuencia? Consumir Coca-Cola Zero (o bebidas similares) podría incrementar
nuestro apetito y necesidad de tomar más azúcar, lo que a largo plazo puede
provocar un aumento de peso inesperado.
En conclusión, se deben crear políticas para
el control de diversas publicidades en diferentes medios de comunicación. En Venezuela,
existe la muy conocida ley RESORTE (Ley de Responsabilidad Social en Radio y
Televisión), en sus artículos promueve el control de muchos productos que
afectan la salud del público (cigarrillos, bebidas alcohólicas, juegos de azar,
armas, entre otros). Sin embargo, es también necesario crear límites de tiempo en
la publicidad que los medios de comunicación transmiten, además estos medios deberían
tomar y crear consciencia para la mejora de la calidad de vida en los
ciudadanos, realizar programas de información sobre las causas y efectos de las
enfermedades crónicas no transmisibles.